Comienza hoy una semana especial en Málaga y con ella nuestro clásico
repaso anual a la prensa histórica que este año nos llevará a mencionar
también otros aspectos desconocidos de la provincia.
Con la
llegada del Domingo de Ramos se pone punto y final a todos los pregones
que se celebran en nuestra ciudad y en el más del centenar de municipios
malacitanos, como el caso de Alozaina, donde el primero de su historia
lo dio Rafael Mezquita un 17 de marzo, en la Peña Los Peroles, según la
crónica de José Rojas y que nos llega sin fecha ni cabecera de donde fue
publicada.
En estos días y en los anteriores, se vive el mayor
momento de noticias y ediciones cofrades que en algunos casos pasan a
ser efímeras, como es el caso de la revista Semana Santa, que vio la luz
en el año 1935 al precio de treinta céntimos y a la que los
acontecimientos del año siguiente pondría punto final.
No será
este el último caso que podamos citar. Nos encontramos con más de un
ejemplo en años anteriores gracias al Diario de Málaga, de Vicente Davó
de Casas, en los años 20, que editaba un número monográfico con
abundante información y colaboraciones literarias.
Unido a las
procesiones, siempre han estado la celebración de los pasos como los que
celebraban en Churriana y Alhaurín de la Torre y de los que se ocupaba
El Avisador Malagueño en 1862. Municipios como estos citados y otros han
tenido siempre el debate de su comparación frente a la Semana Santa de
Málaga. A veces incluso llegaban a generarse debates como la necesidad
de celebrarla frente a las que se vivían en la ciudad.
Un ejemplo
sería la Hojilla de Coín, en su edición del 14 de abril de 1954,
rescatada gracias a la magnífica labor de investigación de la fundación
García Agüera.
Cada inicio de Semana Santa luce, en plena plaza de
la Constitución, una tribuna oficial que lleva un trabajo de montaje
del que también se ha ocupado en más de una vez la prensa como por
ejemplo El Sol, en su ejemplar de un 23 de marzo de 1923.
La
jornada de ayer siempre concita los buenos deseos para los días que se
van a vivir en lo climatológico que muchas veces se han visto cumplidos.
Por ejemplo, La Voz, del 4 de abril de 1928, refleja el buen tiempo que
se estaba dando.
Finalmente, cabe destacar la satisfacción que
estamos viviendo en estos tiempos por la incorporación de nuevas
hermandades a la Agrupación y eso nos hace recordar las primeras salidas
de otras, como por ejemplo el caso de la Cena un 5 de abril de 1925 y
que fue recogida en las páginas de La Unión de Málaga.
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